ANÁLISIS

Las casas Citrohän representan el primer ensayo importante de Le Corbusier sobre una vivienda en serie que puede construirse a partir de elementos estandarizados. 

El más desarrollado de los modelos Citrohan fue construido en 1927 con motivo de Weissenhofsiedlung en Stuttgart, la exposición de viviendas coordinada por Mies Van Der Rohe patrocinada por la Deutscher Werkbund. 

Para este evento, Le Corbusier elabora dos versiones de la casa Citrohan, una variante con dos viviendas adosadas sobre su lado menor, elevadas del suelo por una serie de pilotis de hierro,  y una vivienda individual, que resume las características de los ensayos realizados desde 1920, es decir, es un modelo asentado sobre muros portantes que se desarrolla en tres niveles. La planta baja es dominada por el doble espacio del área social, que ocupa la mitad de la superficie de la planta. La otra mitad es ocupada por la cocina y el comedor, debajo del entrepiso que parte en dos el espacio principal.

En el entrepiso se disponen los dormitorios y una pequeña sala de estar vinculada con el nivel inferior a través del doble espacio. En el tercer nivel se encuentran las habitaciones secundarias y una terraza que ocupa la mitad de la superficie y anticipa el primero de los cinco puntos Corbusieranos.

Una sola entrada de luz sobre el lado sur, en la cara libre del doble espacio, unifica la intensidad lumínica en todo el interior. La carpintería se coloca a ras del muro e incorpora la puerta de acceso a la vivienda. De este modo, la doble altura se transforma en articulador entre la escala compleja del espacio urbano y la escala simple de la vivienda.

La circulación vertical se resuelve con la incorporación de dos escaleras: una interior, que vincula la planta baja con el entrepiso, diseñada con un sentido plástico que contrasta con la rigidez de la vivienda, y otra exterior a lo largo de una de las caras laterales de la casa, que vincula la calle con la sala de estar del entrepiso, y uno y otro con la terraza.

 La estructura se define en módulos de 2,50 x 5,00 metros en una planta de 75 m2, y un vacío que alcanza casi la mitad de la superficie de la planta. El entrepiso cruza la vivienda en diagonal para alcanzar el descanso de la escalera, y a su vez ampliar la dimensión visual interior, criterio similar al ensayado en  las casas en serie para artesanos de 1924. La escalera caracol, elemento vertical que en el primer modelo generaba un contrapunto necesario con la horizontalidad del entrepiso, ahora es reemplazado por el conducto de ventilación de la estufa hogar, que se ubica exactamente a 1/3 del ancho.